Pasó el 13 de junio y la moción de censura presentada por Unidos Podemos contra mariano Rajoy y su gobierno no salió adelante. Pero eso ya lo sabíamos de antemano. La formación liderada por Pablo Iglesias no tenía los apoyos suficientes para desalojar de La Moncloa a quienes han convertido el gobernar un país en un desmadre del choriceo, del amiguismo y de la corrupción.
Mucha gente se preguntará ¿para qué ha servido entonces hacerlo? Dos días interminables para que al final todo quede igual. ¿No hubiese sido mejor que Unidos Podemos hubiese retirado la moción y la hubiese dejado para cuando tuviese los apoyos necesarios y así poder lograr el cometido propuesto?
Quizás no haya servido la moción de censura para cambiar de gobierno, pero desde luego no ha sido una acción sin ningún resultado. Llevamos años asistiendo a un deterioro político sin precedentes en una Democracia. Desde los años de la dictadura franquista en nuestro país no se habido visto tanta impunidad, usando y abusando de su poder de gobierno y poniendo la Democracia al servicio de sus intereses partidistas, como lo ha hecho el PP. Abusos cometidos por parte de políticos, empresarios y allegados contra una población cada vez más indefensa y abandonada a su suerte. Se ha producido una degradación vergonzosa de la vida política y de las instituciones a través de la corrupción, los recortes y el autoritarismo abusivo y descarado, violando sistemáticamente todos nuestros derechos constitucionales.
Indistintamente que haya gente que esté de acuerdo o no con la moción de censura presentada contra Mariano Rajoy y el PP, llegados a la situación en la que se encuentra el país y su población, este ejercicio de análisis era más que necesario. Y no solamente en medios de comunicación, tertulias o a través de las redes sociales con la opinión tanto de políticos de oposición como de los propios ciudadanos. Era necesario que todo lo que se dijo, fuese dicho desde la tribuna del Parlamento de los Diputados, quedando constatado en actas que queden para la posteridad.
Llama poderosamente la atención como se ha desarrollado el transcurso de esta moción. Porque si en el artículo 113.1 de la Constitución y en el 175.1 del Reglamento del Congreso de los Diputados consta que “El Congreso de los Diputados puede exigir la responsabilidad política del Gobierno mediante la adopción de una moción de censura”, ésta se ha centrado más en analizar y vapulear al candidato que aspiraba a sustituir a Mariano Rajoy, en este caso, Pablo Iglesias, que en rendir cuentas de sus gestión gubernativa por parte del PP y a la vez, un ataque sistemático por parte de otros partidos en la oposición con el único propósito de desprestigiar a quien denunciaba los manejos y la pésima gestión en vez de unirse a la denuncia de los abusos, ejecutando un guion pactado de antemano con muchos de los actores de culebrón de serie negra que no parece tener fin, como bien lo han demostrado los votos a favor de PNV, Coalición Canaria y Nueva Canaria para poder aprobar los Presupuestos Generales del Estado de 2017 y que como resultado ha obtenido el premio “Oscar al mejor Manta” (dícese de una persona que tapa los fallos de otro), con la concesión de presidir las comisiones sobre la banca y la caja “B” del PP a Coalición Canaria, en concreto a Ana Oramas y Pedro Quevedo. Tiempo al tiempo y veremos los resultados. Lo que estos “actores” no han tenido en cuenta que no pasarán de ser simplemente figurantes y que en cuánto el guion lo requiera, su personaje será eliminado convenientemente.
“Farsa, espectáculo mediático, exageración extremada, caos frente a la estabilidad”, estas fueron las palabras con las que Mariano Rajoy describió la moción de censura. Otro guion adaptado para intentar desviar la atención de lo que verdaderamente pretendía esta moción, que no ha sido otro que enfrentarnos con la crisis estructural sistemática, no solo económica sino también de partidos y especialmente vinculada a la putrefacción del partido gobernante, con raíces ancladas en un pasado franquista surgido directamente del fascismo criminal y de una dictadura militar que se niegan a condenar, intentando disfrazar de Democracia un estado autoritario y dictatorial.
La actitud del PP ha sido, por lo menos, vergonzosa, intentando desvirtuar la realidad, insultando a los ciudadanos y ciudadanas, minimizando la situación de pobreza infantil, empobrecimiento de la población, desprotección social, precariedad laboral, sanitaria y educativa, añadiendo a todo esto la negación categórica de la existencia de una corrupción generalizada de su forma de hacer política, de su partido y de las instituciones bajo su control. Una corrupción que se ha vuelto irrespirable y que la manipulación de la Justicia para proteger sus fechorías ha alcanzado unas cuotas asquerosamente repugnantes.
Así que si queremos responder a la pregunta de ¿para qué ha servido la moción de censura si Rajoy sigue ahí?, podemos decir que al menos ha dejado retratados a todo los que han votado en contra o se han abstenido. Los que han facilitado que el PP siga gobernando, los mismos que incansablemente han acusado a Unidos Podemos de ser los culpables de que esté gobernando al votar en contra de la investidura de Pedro Sánchez tras las elecciones del 20D de 2015 y que convenientemente también olvidaron la abstención del PSOE en la investidura de Rajoy tras las segundas elecciones del 26J del 2016. Pero la actitud del PSOE merece un artículo a parte y no vamos a entrar aquí en detalles interminables.
Algo que sí ha quedado claro en toda esta vorágine política que hemos vivido en las últimas semanas es que, muy al contrario de lo vaticinado por los que prefieren que se mantenga la hegemonía bipartidista e interesada en este país, es que Unidos Podemos no es una formación fantasma, sino un partido que sabe hacer su trabajo, que no es otro que trasladar la opinión de la ciudadanía al Parlamento, de devolverle el poder de decisión al pueblo y de terminar de una vez por toda con la impunidad política y judicial que está campando a sus anchas en el panorama político español.
Para resumir la actual situación política y la actitud de sus señorías con respecto a la moción de censura, nada mejor que las palabras del periodista Javier Gallego de eldiario.es:
“Ellos pueden violarte, pero tú eres un inoportuno oportunista si te quejas. Ellos pueden saltarse la legalidad, pero tú no te saltes el protocolo ni la etiqueta. Ellos son los que te hacen la peineta, pero tú eres el macarra.”
Autora: Ani García Pérez
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