En los últimos días hemos asistido a un vendaval dentro de la política nacional. Y es que desde que el 26 de junio de 2016, tras las elecciones generales que pusieron fin a un gobierno provisional y en funciones de casi un año del PP, la tormenta política ha ido en aumento hasta convertirse casi en tsunami. Sin mayoría absoluta, el PP jugó sus cartas para asegurase el poder y supo muy bien jugar sus cartas. Sin exponer abiertamente sus jugadas, pero sin dejar de meter baza, consiguió que el PSOE le diera la patada al entonces Secretario General, Pedro Sánchez, partidario del NO es NO, para sustituirlo por una gestora comandada desde las sombras por la vieja guardia socialista y la lideresa andaluza, Susana Díaz, partidarios de la abstención y así asegurar su permanencia en el Parlamento como fuerza gobernante, aunque fuese en minoría. Pero esto era algo que le preocupaba bien poco a los PPeros. Sabían perfectamente que, excepto en casos aislados y para mantener el tipo, los socialistas junto con su apéndice naranjita (léase Ciudadanos), no iban a poner demasiadas trabas. Desde entonces, las investigaciones de los Ere´s en Andalucía han ido perdiendo fuerza, y aunque los ex presidentes Chaves y Griñán están procesados, por lo pronto ya se les ha exculpado en la causa de los cursos de formación. Falta esperar que ocurrirá con las demás imputaciones. Y es que los favores hay que pagarlos.
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La abstención del PSOE facilitó la investidura de Rajoy como presidente del gobierno. Pero al mismo tiempo les condenaba a seguir manteniendo a Rajoy en el poder, porque al igual que Fausto vendió su alma al diablo por la eterna juventud, ellos vendieron su vergüenza política a cambio de frenar a los nuevos partidos surgidos del 15M y que son una seria amenaza para los socialistas.
Aunque ya llevamos años sabiendo de la corrupción instalada en el PP ha sido en los últimos tiempos cuando se han ido destapando detalles, datos y más y más casos. Y a pesar de que intentan quitar importancia a una situación tan grave diciendo que son casos aislados, ha quedado demostrado que la corrupción está generalizada dentro del partido que nos gobierna, a todos los niveles jerárquicos, en todas las decisiones políticas y administrativas que toman y repartida por toda la geografía española. El PP se ha convertido en una organización criminal dedicada al robo del dinero público para repartírselo entre ellos y sus allegados. O sea, lo mismo que hacían sus antepasados durante la dictadura, con la diferencia que antes se hacía a cara descubierta y sin que nadie pudiese denunciarlo y ahora lo intentan hacer a escondidas, pero con la “desventaja” que hay otros partidos políticos que lo denuncian.
Los últimos acontecimientos con otro “caso aislado”, la Operación Lezo, ha sido el detonante para la dimisión de Esperanza Aguirre de todos sus cargos políticos al haberle salido “rana” todos sus colaboradores y socios de confianza durante sus mandatos como Presidenta de la Comunidad de Madrid. Pero también para que una parte de la representación parlamentaria se plantee una moción de censura al PP al considerar que este partido no es apto para gobernar un país.
Hablemos de las reacciones de los diferentes partidos políticos con representación en el hemiciclo ante el anuncio de Unidos Podemos de presentar dicha moción de censura:
PP, Rafael Hernando (portavoz en el Parlamento): “Iniciativas cero pelotero, pero numeritos todos los días. España no está para charlotadas.”
No parece mucho preocuparle al PP este anuncio de moción de censura. Seguramente porque saben que sus “socios socialistas” cumplirán con su acuerdo, ya que sin los votos a favor del PSOE esta no saldrá adelante.
Ciudadanos, José Manuel Villegas (vicesecretario general): “Desde Ciudadanos no vamos a apoyar ni secundar ningún número de circo.”
Más de lo mismo. Faltaría recordarle al señor Villegas que para numeritos de circo ya tienen ellos experiencia protagonizando movimientos de saltimbanquis pactando primero con PSOE y luego con PP con tal de estar presente en el panorama político.
PSOE, Antonio Hernando (portavoz en el Parlamento): “Iglesias tiene la misma mala fe y falta de rigor que hace un año, cuando propuso un gobierno de coalición. Entonces nos engañó. Ahora no nos va a engañar. La respuesta es NO.”
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Vaya, llegamos a los paladines de la verdad y la democracia. Hablan de engañar los mismos que traicionaron a sus votantes crucificando a un Secretario General elegido por las bases. Los que pasaron del NO es NO a una abstención traicionera que facilitó las armas legales para que el PP pudiese seguir metiendo las manos en bolsillo ajeno. Los que pasaron del discurso de tener que volver a gobernar para los ciudadanos y ciudadanas a parafrasear lo de la responsabilidad política que les “obligaba” a dejar gobernar a unos corruptos. Y que sea precisamente Antonio Hernando el que diga este No tan contundente es lo mas disparatado de todo. Sr. Hernando, si en su día hubiese usted demostrado tanta vehemencia de su No es No ante la investidura de Rajoy, quizás hoy tendría usted algo más de credibilidad. Puede que los ciudadanos y las ciudadanas de a pie no entendamos muy bien eso de la responsabilidad política, que esas cosas tan grandilocuentes se escapen a nuestro escaso intelecto del que al parecer solamente están dotados los personajes como usted y los que le acompañan en sus sillones del Parlamento, pero eso no es motivo para que quieran tomarnos por tontos.
Y desde luego no podemos dejar atrás las declaraciones de la lideresa andaluza, Susana Diáz, que ha declarado “Si se quiere una moción de censura, se habla, se pacta y se comunica. El señor Iglesias lo ha hecho al revés porque lo que quiere es ser el centro de atención.”
Pues no creo que la atención de los ciudadanos esté centrada en Pablo Iglesias, si no en sus propias traiciones, Sra. Díaz. Es usted tan culpable de esta situación, de la investidura de Rajoy, de que la corrupción campe a sus anchas en este país como sus compañeros que en su día y sin sentir vergüenza alguna, levantaron sus posaderas del asiento en el Parlamento para proclamar su abstención. La atención de los ciudadanos y las ciudadanas de este país está en que, a sabiendas de que con su decisión estaban facilitando que los ladrones entraran en la casa por la puerta delantera y con la alarma desconectada, a ustedes nos les tembló la mano ni la voz.
No hace muchos días, Susana Díaz declaraba que ni Pablo Iglesias ni Podemos son de fiar porque representan una izquierda inútil. Hasta el momento no se ha visto tampoco mucho utilidad en la izquierda que supuestamente representa el PSOE. Excepto la que tiene para el PP, claro. Pero creo que deberíamos empezar a preocuparnos por si Susana Díaz es de fiar. Con su pretensión de ser la Secretaria General del PSOE suponemos que se presentará también como candidata a la presidencia de la nación en próximas elecciones generales. ¿Y cómo se puede confiar en una persona que tiene a Andalucía a la cola de todas las comunidades en Sanidad, Educación, Empleo y Servicios Sociales? La que se pasea por centros de atención primaria mientras va recortando presupuestos para su desarrollo. Que se pavonea con la “joya de la corona” mientras cierra plantas enteras en hospitales, centros de salud e incluso hospitales enteros. Que defiende a capa y espada a dos expresidentes de la Junta aun estando imputados. ¿De verdad alguien así es fiable para dirigir una nación? Susana Díaz, como ya lo hice en otra ocasión: ¿Cómo te atreves?
¿Hay motivos para esta moción de censura?
Repasemos rápidamente el historial delictivo del PP. Casos Noos, Palma Arena, Pokemon, Porto, Parques Eólicos, Rasputín, Rus, Scala, Fabra, Salmón, Púnica, Tarjetas Black, Gürtel, Andratx, Arcos, Baltar, Bankia, Rato, Bon Sosec, Brugal, CAM, Bitel, La Fabriquilla, Naseiro, Lyber, Faycan y el último, la Operación Lezo.
Y la gravedad aumenta si repasamos los cargos implicados, imputados y muchos de ellos ya condenados:
Rodrigo Rato, vicepresidente con el gobierno de Aznar y presidente de Bankia; Alberto López Viejo, consejero de Deportes de la Comunidad de Madrid; Jesús Merino Delgado, Diputado del PP por Segovia; José Luis Peñas, concejal del PP en el ayuntamiento de Majadahonda (Madrid); José Galeote, concejal del PP en Boadilla del Monte (Madrid); Alfonso Bosch Tejedor, gerente de la empresa municipal del suelo y vivienda en Boadilla del Monte; Ginés López, alcalde de Arganda del Rey (Madrid); Jesús Sepúlveda, alcalde de Pozuelo de Alarcón (Madrid); Ricardo Costa, secretario general del PP valenciano; Rafael Betoret Parreño, jefe del gabinete de turismo de la Comunidad Valenciana; Víctor Camps Guinot, vicepresidente de la Generalitat Valenciana; Vicente Rambla, vicepresidente de la Generalitat Valenciana; Yolanda García, tesorera del PP valenciano; Pedro García Jimeno; director de Canal 9 en Valencia; David Serra, vicesecretario de organización del PP valenciano; Carlos Fabra, presidente de la Diputación de Castellón y del PP provincial; Luis Bárcenas, tesorero del PP; Ángel Acebes, ministro con Aznar y secretario general del PP; Álvaro Lapuerta, tesorero del PP; Santiago Abascal, dirigente del PP en Álava; Ángel Sanchís, tesorero del PP; Sonia Castedo, alcaldesa de Alicante; Luis Díaz Alperi, alcalde de Alicante; José Joaquín Ripoll, presidente de la Diputación Provincial de Alicante; Jaume Matas, presidente de Govern Balear y ministro con Aznar; Lola Johnson, secretaria autonómica de Comunicación de la Generalitat Valenciana; Rafael Blasco, conseller de siete carteras en la Generalitat Valenciana; Ignacio González, presidente de la Comunidad de Madrid; Eduardo Zaplana, presidente de la Generalitat Valenciana y ministro con Aznar.
¿Seguimos hablando de casos aislados o lo llamamos ya directamente fábrica de ladrones?
Con todo esto sobre la mesa, en un país realmente democrático, la oposición se uniría rápidamente para conseguir salvar lo poco que queda de democracia en este país. Sin importar quien impulse la moción. Pero aquí es más importante desacreditar a quienes tienen la iniciativa y el sentido común de querer librar a la ciudadanía de tales mangantes y que están llevando a la ruina a toda una nación. Pero que se puede esperar de quienes apoyaron abiertamente y de quienes lo hicieron indirectamente. Además con un panorama jurídico, una fiscalía “procorrupción” y una fuerza policial puestos en entredicho (pocos son los que se salvan) estamos seguros que no toda la mierda ha salido a flote. El día que eso ocurra no vamos a poder soportar el hedor que se va a propagar. Y no nos olvidemos de la prensa. El vergonzoso comportamiento de la mayoría de las publicaciones han vendido su alma al mejor postor, incluso muchos periodistas a título personal no se cortan un ápice en justificar lo que está ocurriendo, en desacreditar a determinados políticos cuando éstos hablan claro de la situación y denuncian los abusos a los que nos vemos sometidos.
Penoso es también ver que precisamente el partido que podría posibilitar que esta moción de censura saliese adelante, el PSOE, antepone sus propios intereses políticos y de partido al bienestar de los ciudadanos y las ciudadanas. Más preocupados por recomponer sus piezas rotas que por lo que está ocurriendo y brotando desde la cueva de Alí Babá situada en el número 13 de la calle Ferraz. Nuevamente la “élite” política hace piña, apoyados por fiscales, empresarios y periodistas para que sus mierdas no salgan a la luz. Y si, como en este caso, ya han salido, pues hay que hacer todo lo posible para escapar con el menor daño posible. Todo por mantener sus mentiras, sus privilegios y, como siempre, a costa de todos nosotros y nosotras. Pero ya sabemos lo que ocurre y también sabemos que van a tratar de taparlo todo. Es el momento de que todos los partidos políticos hagan su trabajo y tomen medidas para que esto no se convierta en una hecatombe que deje al país al borde del colapso. Ya no vale esgrimir Venezuela. Lo que necesitamos ahora es una verdadera Transición hacia una Democracia real y libre de ladrones de traje y corbata. Una Transición que garantice que no se mantienen en sus puestos a los corruptos, ladrones y mentirosos. Una Transición que falló estrepitosamente en 1975, pero que es el momento de rectificar y dejar de ser la vergüenza de Europa.
Autora: Ani García Pérez