Pues sí, hemos tenido que asistir a otro lamentable, vergonzoso, humillante y denigrante incumplimiento de la Ley de Memoria Histórica, el entierro por tercera vez del que protagonizó dos golpes de Estado contra el Gobierno de la II República. El primero en 1932, la Sanjurjada, en el que intentó restablecer su honor por no haber hecho nada a favor de Alfonso XIII cuando siendo director de la Guardia Civil y alto comisario en Marruecos permitió que el rey se fuera y se instaurara la II República. A iniciativa de los carlistas a los que le unía la misma tierra y las mismas ideas antirepublicanas el 10 de agosto de 1932 toma Sevilla y Madrid. Su plan era hacerse con todos los edificios importantes de las principales ciudades. Sin embargo, su plan dura unas horas. Es detenido intentando cruzar la frontera con Portugal por Huelva. Fue condenado a muerte, y finalmente, conmutada la pena, se exilió a Portugal.
Desde allí el 20 de julio de 1936 parte en una avioneta al mando del golpe de Estado con dirección a Burgos. Sin embargo, no logró despegar y se estrelló en circunstancias no muy claras pero que posibilitaban el ascenso de Franco, tal y como se vio cuando el general Mola muere en otro accidente de avión el 3 de junio de 1937.
Los restos de Sanjurjo son trasladados a Pamplona en 1961 al Monumento a los Caídos “por Dios y por España” cita en la capital Navarra, construido en 1957, donde además fue enterrado Mola, ya que los dos eran navarros, junto a otros seis que habían luchado a favor de la “cruzada”.
El 16 de noviembre del año pasado los restos de Sanjurjo fueron exhumados en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica, y del compromiso que el Ayuntamiento de Pamplona y el Gobierno de Navarra ha adquirido para que se cumpla esta Ley. A pesar de la oposición de la familia los restos fueron exhumados por Francisco Etxeberría y su equipo de la Sociedad Arantzadi. Estos fueron trasladados de madrugada en furgonetas junto a los restos de los otros 6. Los restos de Mola fueron exhumados el 24 de octubre por “deseo de la familia”.
Su hija Carlota Sanjurjo puso el grito en el cielo en un comunicado http://gaceta.es/noticias/familia-sanjurjo-exhumacion-general-17112016-1704 en el que habla de traición por parte del Arzobispo de Pamplona y del dolor por esta profanación en terreno sagrado como católicos que son.
Mientras los restos del general han descansado en la base de Colmenar Viejo hasta su traslado en helicóptero a un panteón militar, el de los Regulares de Melilla el 23 de marzo, y cuyo entierro hemos conocido un mes después, según ellos, en un acto íntimo y sin honores militares al que ha asistido Juan José Imbroda, presidente y senador por Melilla, al igual que el actual Comandante General de Melilla. Este enterramiento fue solicitado por la familia Sanjurjo y aceptado por parte de las autoridades militares de Melilla por su condición de Comandante general que una vez fue de esta autonomía.
Una vez más hemos asistido a algo que se encuentra fuera del régimen democrático de cualquier país, en el que está claro quienes son los que gobiernan y de que calaña son los personajes que pueblan nuestras instituciones, instituciones como el ejército que no ha sido “tocado” desde la muerte del dictador.
Lo que en una Comunidad Autónoma es Ley, y como Ley se cumple, en otra se incumple hasta la obscenidad. Parece ser que Melilla sigue siendo un feudo franquista cuya distancia permite a los militares con añoranzas del pasado seguir homenajeando a sus “caídos por España” y al que murió en la cama.
A este golpista que fue contra un Estado elegido democráticamente, en dos ocasiones, con tan mala suerte para él, que en la primera se le aplastó y en la segunda se murió, sus despojos han sido enterrados en tres ocasiones y dos de ellas con honores, honores que les rindieron y les rinden aquellos que hablan de no abrir heridas, aquellos que pretenden que todo se diluya en el tiempo, aquellos que con sus palabras y actos nos recuerdan todos los días el por qué estamos aquí.
Es indignante ver como se sigue rindiendo pleitesía a unos símbolos, a unas ideas, a unos tipejos que hicieron y siguen haciendo daño a miles de familias, con sus herederos, a este país, con sus corruptelas, con sus mafias, con sus cortijos, encumbrados por la impunidad que les otorga 81 años de mandato continuo al que se les han ido sumando otros tipejos al calor del buen vivir.
Éste debería estar con su familia, escondido en un sótano para que nadie lo viera o mejor aún en una cuneta o en una fosa como los nuestros. Su familia debería haber desaparecido de las instituciones o de cualquier puesto público que seguro lo tienen, si no están amarrados al sistema que les da de mamar, por vergüenza, esa “vergüenza católica” a la que ellos hacen referencia.
Lo que ocurre en este país no tiene nombre, y los culpables no son sólo ellos, si no los que les han apoyado y siguen apoyando con sus votos en las urnas.
Seguimos sin ver una ley que condene al franquismo, a los que les sirvieron, a sus fundaciones y a todos los actos que como este deben estar fuera de la ley. La Ley de Memoria Histórica se quedó corta, no se hizo lo que se debería haber hecho y ahora pagamos las consecuencias de ese limbo, y también, las consecuencias de que no se aplique en su totalidad. Se hizo una Ley que daba un mínimo respiro a las familias pero no una Ley que hubiese dado por fin la justicia que todos nuestros asesinados se merecen. Se hizo una Ley que permitió seguir dentro de un sistema continuista , un “espejismo” para que pareciese que en este país se vivía en una democracia real y hoy nos damos cuenta del engaño.
Hoy más que nunca debemos seguir luchando porque esto no vuelva a repetirse, esto ni ningún otro caso tan inmoral y vergonzante como este.
Nuestra única esperanza sigue siendo la venida de la III República. El camino va a ser largo y tortuoso pero con tiempo seguro que conseguiremos por fin que en este país se respeten leyes tan fundamentales como la Ley de Memoria Histórica, no sin antes derogar esas malditas leyes franquistas y condenar por fin el fascismo que tanto pesa en nuestro avance.
Autora: Nanny García Gómez
Por un 1€ puedes hacer que sigamos adelante. Pincha el enlace y apoya con #1EuroPorLaMemoria: TEAMING