Nació el 4 de marzo de 1892 o 1897, la fecha dependía si la utilizaba por razones académicas o por razones de coquetería, se quitaba años, en el barrio de Las Lagunillas, hoy Cruz Verde, de Málaga. Su padre José O´Kent Román comerciante de ascendencia inglesa y liberal, su madre María Siano Gónzalez era ama de casa y fue la primera que le enseñó a leer y a escribir. Más tarde contrataría a algunos maestros hasta que ingresa en la Escuela Normal de Maestras de Málaga. De allí sale hacia Madrid para estudiar el Bachillerato y posteriormente se matricula en la Facultad de Derecho como alumna no oficial.
Victoria se aloja en la Residencia Femenina de Estudiantes vinculada a la Institución Libre de Enseñanza y que dirigía María de Maeztu. En 1924 se doctora en Derecho siendo la primera mujer en ostentar este título seguida de Clara Campoamor.
Empieza su carrera en plena Dictadura de Primo de Rivera, una mujer comprometida socialmente. De hecho su fama crece con la defensa del político Álvaro de Albornoz que estaba encausado por haber participado en la rebelión republicana de diciembre de 1930. Consigue la absolución de su defendido, siendo la primera mujer que actúa en un Consejo de Guerra, lo que le hace obtener un gran prestigio.
Su faceta política comienza como diputada por Madrid del Partido Radical Socialista a Cortes Constituyentes en junio del 31, junto a Clara Campoamor y Margarita Nelken. Fueron las tres únicas mujeres que alcanzaron el cargo de diputadas en una época en la que las mujeres no podían votar pero si acceder a puestos en las Cortes. Eran mujeres decididas, feministas y republicanas convencidas, sin embargo, entre Clara y Victoria se produce un enfrentamiento que les valió su enemistad. Clara era partidaria del sufragio feminista, Victoria, no. Pensaba que las mujeres no estaban preparadas política y socialmente, que se dejarían influenciar por la Iglesia y por sus maridos, y votarían a la derecha . Desgraciadamente, tenía razón. En las elecciones de 1933, la primera vez que las mujeres tuvimos derecho a votar, ganó la derecha. Durante todo este enfrentamiento en las Cortes tuvieron que soportar insultos y menosprecios por parte de una cámara compuesta por hombres. En esas elecciones tanto ella como Clara se quedaron sin escaño.
Su labor más conocida es como Directora General de Prisiones. Nombrada el 18 de abril de 1931 por Alcalá- Zamora y cogiendo el testigo de Concepción Arenal. Su labor fue intensísima en la reforma de las cárceles, para la rehabilitación tanto de los edificios como en la de los presos para que al volver a la sociedad fuesen personas activas. Al mismo tiempo, desarrolló labores en movimientos como el Comité Nacional de Mujeres Antifascistas o en la Vocalía del Patronato de la Mujer.
Tras el estallido de la Guerra Civil se exilia, su primer destino es París como Secretaría de la Embajada. Allí se hizo cargo de los niños refugiados, a los que ya había acompañado en su marcha hacia el exilio.
Cuando comienza la Segunda Guerra Mundial se refugia en la Embajada de México durante un año hasta que Cruz Roja le proporciona un piso en Bosque Bolonia en el que permanece hasta 1944 con un nombre falso, Madame Duval. Estaba en busca y captura por parte del Gobierno franquista.
En 1948 se exilia a México donde permanece dos años trabajando en la Escuela de Capacitación para el personal de prisiones.
En 1950 se marcha definitivamente a Nueva York. La ONU le ofrece un puesto en la sección de Defensa Social, relacionado con el estudio de cárceles de mujeres. Allí es donde vive realmente la amargura del exilio. Funda una revista Ibérica por la Libertad ( 1954-1974) dirigida a todos los exiliados, con la ayuda de Louis Crane. Ambas se conocían por ayudarse mutuamente con el aprendizaje del Español y del Inglés. Con esta revista pretendieron dar voz al exilio en un país como el norteamericano que estaba uniendo lazos con el régimen franquista en su estrategia de contención del régimen soviético.
Mantuvieron una correspondencia intensísima con mujeres de la talla de Victoria y Angélica Ocampo, Gabriela Mistral, Carmen Conde, Rosa Chacel, Elizabeth Bishop, Mary McCarthy, Sylvia Marlowe, Mary Maigs, Margaret Miller, Nancy Macdonald, Sofía Novoa, Concha de Albornoz, Pilar de Madariaga, que reflejan un mapa intelectual que rebasó fronteras y que supone una obra cultural del exilio femenino que aún está por recuperar.
Victoria visita España en 1977 con la esperanza puesta en la Transición. Sin embargo, sufrió una gran decepción con la instauración de nuevo de la monarquía y la falta de libertades: «Yo no tengo otra pasión que España, pero no regresaré a ella mientras no exista, una auténtica libertad de opinión y de asociación.» . Tampoco se sintió especialmente acogida: «no puedo volver y que me suceda como a Salvador de Madariaga o al pobre de Sánchez Albornoz, a quienes les hacen un buen recibimiento y luego les prohíben las conferencias y homenajes», al contrario que María Zambrano.
Victoria Kent muere en 1987 en Nueva York en le piso que compartía con Louise Crane.
Victoria estuvo siempre en lucha por los derechos de las mujeres y la igualdad de derechos de la sociedad. Pertenece a ese amplísimo grupo de de mujeres que siempre han hecho sociedad, pero su invisibilización nos han privado de una serie de modelos y referencias que hace que parezca que las mujeres siempre estamos empezando.
Autora: Nanny García Gómez
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