Ya no se trata de un tirón de orejas, el expresidente socialista Felipe González ha asegurado que Pedro Sánchez le dijo en julio que los socialistas se abstendrían en la segunda votación. “Me siento frustrado, como si me hubieran engañado”, han sido sus palabras.
Los detractores de Pedro Sánchez ya no disimulan. El PSOE está dividido entre aquéllos que apoyan a Sánchez y aquéllos que se alinean con la presidenta del a Junta de Andalucía, Susana Díaz. Entre estos se encuentra el “engañado”, Felipe González, que opina que Sánchez debería dimitir si el comité federal del partido rechaza el próximo sábado su plan de convocar un congreso en diciembre, precedido por unas primarias para elegir líder el 23 de octubre.
Además, la secretaria general de los socialistas andaluces, Susana Díaz dio ayer un paso adelante y se mostró públicamente y con más claridad que nunca dispuesta a liderar el PSOE si se lo pide la mayoría del partido. Susana no aclaró si concurrirá a las primarias anunciadas por el secretario general con estas palabras: “Yo voy a estar donde me pongan mis compañeros, en la cabeza o en la cola”.
Mientras tanto, desde el Partido Popular están encantados de que “los críticos” con Pedro Sánchez le hagan el trabajo sucio al partido y sobre todo a Mariano Rajoy.
El Partido Popular ha decidido colocarse en una postura cómoda: al lado de los que no quieren a Sánchez y por lo tanto la abstención. Las voces dentro del partido no han tardado en pronunciarse criticando e incluso descalificando al secretario general de Partido Socialista.
Alberto Núñez Feijóo lamenta lo ocurrido y explica que el PSOE no puede estar en una “esfera irrelevante” atacando a Sánchez con estas palabras: “El secretario general del PSOE juega a una huida que sólo lleva a su organización política a un suicidio colectivo, a una presencia casi testimonial”.
Atrás tampoco se han quedado Celia Villalobos: “El PSOE es un partido muy importante en este país, que ha jugado un papel muy importante en la democracia española y lo tiene que seguir jugando”, o Rafael Hernando: “Que vuelvan a la sensatez y permitan lo que siempre se permitió en esta Cámara: que gobierne quien ganó las elecciones”. Pero sin duda, el más mordaz ha sido el vicesecretario de Comunicación Pablo Casado; que ha pedido que se ponga orden porque “puede llevarse por delante al partido y la estabilidad de España”. “Un partido no es una secta y si el líder decide suicidarse, lo que no puede hacer es que todos sus compañeros se suiciden colectivamente”. Casado ha considerado que la postura de Sánchez “roza el terreno de la psiquiatría” y que “No es justo para los españoles someterles a este escarnio y a esta vergüenza, por culpa del egoísmo, el personalismo y las fracturas internas del PSOE”.
Por Alejandra de la Fuente.
